La típica escena en la planta
Hoy me pasó lo de siempre. Llegué confiado, conecté mi portátil al PLC y… nada. Lo intenté de nuevo. Cambié el cable. Reinicié el software. Al tercer intento, ya estaba pensando:
«¿Y si el PLC se ha bloqueado?»
Spoiler: no se había bloqueado.
El detalle que lo cambia todo
Tras varios intentos infructuosos, comprobé algo tan simple como crucial:
la dirección IP de mi portátil.
Estaba muy lejos del rango del PLC. Ajusté la dirección, me reconecté y… ¡listo! El PLC estaba funcionando perfectamente, respondiendo como si todo hubiera sido culpa mía (que, en efecto, lo era).
La moraleja del día
Antes de culpar al PLC:
Comprueba tu dirección IP.
Confirma el alcance de la red.
Comprueba los controladores, adaptadores y puertos.
Asegúrate de estar en el modo de comunicación correcto.
En el control industrial, muchos «fallos críticos» se deben simplemente a una configuración incorrecta del portátil. A veces, el problema no es la conexión… eres tú.
Conclusión
La comunicación PLC-PC no es complicada, pero sí requiere organización. Un simple ajuste puede ahorrarte minutos, estrés y diagnósticos innecesarios.
La próxima vez que tengas un problema de conexión, empieza siempre por lo básico.


