En planta es común escuchar:
“Es que trae ruido eléctrico.”
Pero casi nadie puede explicar qué significa más allá de repetir la frase.
No es brujería, no es mala suerte…
Es física y, sobre todo, descuidos acumulados.
1. Inducción: potencia contaminando señal
Cuando pones cables de potencia y cables de señal juntos en la misma charola, ya firmaste el problema.
La potencia induce voltajes donde no deberían estar.
Consecuencias típicas:
- Sensores que cambian lectura sin motivo.
- Variadores con comportamientos erráticos.
- PLCs detectando señales fantasma.
La inducción es un enemigo silencioso… y fácil de evitar si se separan rutas.
2. Armónicos: la distorsión que envejece tu sistema
Los VFDs, fuentes conmutadas y cargas no lineales deforman la corriente.
Ese “ruido” termina afectando todo lo que toca.
Lo que provocan:
- Transformadores calentándose sin explicación.
- Instrumentos sensibles con lecturas inestables.
- Fallas intermitentes que parecen aleatorias.
Los armónicos no se ven, pero sí se sienten en el rendimiento.
3. La puesta a tierra: el punto que todos juran tener bien
Todos dicen “sí, sí, ya tiene tierra”…
Pero la gran pregunta es: ¿una sola referencia o veinte tierras mal distribuidas?
Una mala puesta a tierra genera diferencias de potencial que se van directo a tus señales.
Y luego culpan al PLC.
4. Blindaje mal hecho: protección… de adorno
El cable puede ser blindado, pero si:
- el blindaje está cortado,
- está aterrizado donde no debe,
- o lo dejaron “ahí nomás”…
Entonces no sirve.
En vez de disipar ruido, lo almacena.
Un termo… pero de interferencia.
El ruido eléctrico tiene nombre y apellido
No es un misterio ni un fenómeno místico.
Es el resultado de:
- Diseño pobre
- Instalación improvisada
- Mantenimiento reactivo
- Equipos mal seleccionados o mal puestos
Cuando tu planta “se vuelve loca”
Si ves:
- señales que suben y bajan sin razón,
- lecturas que no coinciden,
- variadores actuando como si tuvieran vida propia…
No es karma industrial.
Es ruido eléctrico. Y sí tiene solución.

